Sigue nuestro viaje a Senegal

6 de diciembre de 2010 Héctor López Rubio

Dakar me ha recibido con una bofetada de calor húmedo al salir del aeropuerto. Me esperaba Modou, que me ha traído al hotel en su Dacia blanco recién estrenado. Unas palabras en francés y nos hemos separado hasta las 6 de la mañana, cuando partiremos en un largo viaje de 10 horas hasta la región de Podor, lindante con Mauritania, paralelos a la costa primero y adentrándonos en el interior siguiendo el curso del río Senegal después. Me ha costado llegar hasta esta habitación desde donde escribo a la 1 de la mañana. La agresión de los controladores aéreos españoles me pilló en el finger de entrada al avión el viernes por la tarde. Disfruté de unas maravillosas horas de caos debido al abuso de poder de unos pocos. Desde aquí ya me parece lejano, ya que Judit reorganizó la situación con unas llamadas,correos y mensajes. Perdimos la reunión para nosotros más importante, pero ya pensamos en cómo recuperarla. He recorrido las calles vacías de Dakar en la oscuridad de la noche recordando anteriores estancias aquí. Sam, el traductor, me ha recibido por teléfono y nos espera mañana en San Luis. El cálido olor del mar es denso, lleno de vida, en esta bahía de Dakar a la que da el hotel. Estoy deseando volver a ver los baobab de camino al árido departamento de Podor, donde Samba me acompañará a visitar los proyectos que apoyamos en 5 comunidades. Las caras y los ecos de estas gentes vienen a mi mente. Estoy deseando ver lo que han hecho y cómo han mejorado sus vidas con sus ideas y su trabajo. También acudiremos a identificar nuevos proyectos para el año que viene, nuevas aldeas llenas de personas que quieren salir de la pobreza con su esfuerzo y su trabajo. Sólo necesitan un pequeño empujón y Construye Mundo se lo quiere dar. Desapareceré durante 3 días en un área casi sin carreteras, ni médicos, ni escuelas, ni internet…Será una suerte si me puedo asear un poco, dormiré en algún tejado bajo las estrellas y comeremos con la mano derecha del mismo plato acuclillados en la oscuridad de la noche…Mis acompañantes serán las gentes Poular y wolof de esta remota región de la tierra, serenos, alegres y hospitalarios. Organizados en Comités y educados en programas de formación de Tostan…Muy pobres, pero con las neuronas funcionando y formando equipos de trabajo para salir adelante y alcanzar una vida mejor. Tintura de telas, badulaques en aldeas aisladas, engorde de ganado, cooperativas de arroz, cultivos de hortalizas…Pequeñas actividades rurales que les generarán ingresos y serán autosostenibles, arrancadas con penuria a esta reseca tierra. No podré escribir de nuevo hasta el miércoles por la noche, pero espero que me acompañéis un poco hasta entonces. Luego vendrán los microcréditos y la acuicultura, ya os iré contando. Voy a descansar un poco…

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