Experiencia de viajera en Senegal visitando nuestros proyectos (dic 2016-enero 2017)

Hace un mes, se aproximaba la hora de la despedida en el aeropuerto de Dakar, en el mismo punto lleno de diferentes sensaciones donde nos habíamos conocido un grupo de 7 personas procedentes de diferentes zonas de España. Íbamos a pasar unas Navidades en Senegal, lejos de nuestros seres queridos pero sin poder imaginar que llegaríamos a formar nuestra pequeña familia junto a nuestros dos acompañantes, Demba y Cheis.

Se trataba de pasar unas Navidades recorriendo el país, tanto visitando las zonas turísticas como los poblados con los que colabora la ONG Construye Mundo.

Iban pasando los días y a medida que visitábamos los poblados nuestra familia se ampliaba. Recorríamos kilómetros en la furgoneta para llegar a los destinos más remotos dónde entre nosotros se podía escuchar “que allí ya no había nada más”, lugares donde ya no existía el turismo y los poblados cada vez estaban más dispersos e incluso la vegetación escaseaba. Pero a la llegada al primer poblado nos dimos cuenta de que allí  “LA NADA” se convertía en “EL TODO”.

Visitamos las diferentes aldeas; Diaga Awgali, Thillouki y Keur Thiéme

En todas y cada una de ellas a medida que nos acercábamos toda la comunidad estaba esperándonos. Nos recibían entre bailes, risas, abrazos, aplausos, nos ofrecían sus mejores alimentos…todo lo que poseían se lo ofrecían a unos completos desconocidos…Tan sólo aportamos nuestra pequeña visita y ellos nos lo aportaban todo.

A lo largo del día nos mostraban el desarrollo de los proyectos que promueve Construye Mundo, disfrutábamos del tiempo libre jugando, dando paseos hasta el rio…, con todos los miembros de la aldea, pero sobre todo los más pequeños se convertían en los más grandes ese día y sólo con ver sus sonrisas merecía la pena haber recorrido todo ese camino.

La “NADA” pasa a ser el “TODO”,  el “TODO” es lo que las personas de las aldeas nos aportaban, a pesar de explicarnos sus necesidades con el fin de pedir ayuda,  nos ofrecían sus mejores VALORES, compartíamos sus mejores comidas bajo la sombra del árbol, nos ofrecían su espacio, su tiempo, su amabilidad…

Además de la ruta por las aldeas el viaje solidario se complementa de la visita a las zonas turísticas combinada con alojamientos solidarios, restaurantes locales, convivencia con las personas del país,  lo que hace que el viaje sea totalmente una experiencia inolvidable.

Los sentimientos encontrados que descubrimos en Senegal se complementan con la mezcla de olores, sabores, sensaciones, contrastes…A la llegada al país descubrimos nuestro primer contraste, el ambiente era totalmente diferente al que habíamos dejado atrás hacía 7h, una nueva experiencia por vivir, una de esas que para nosotros será la mejor de nuestras vidas o ese viaje que has de hacer por lo menos una vez en la vida. Donde quizá tú como una persona no cambies el mundo, pero si aseguramos que ellos te cambian a ti.

 

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