Microcréditos y cómo funcionan

Todos conocemos más o menos qué es un microcrédito y cómo funciona, sabemos de sus beneficios y de todas las oportunidades que conlleva. Estos pequeños préstamos realizados a personas pobres sin acceso a préstamos tradicionales, posibilitan que muchas personas sin recursos puedan financiar proyectos laborales que les reviertan unos ingresos. Construye Mundo, después de estudiar las necesidades de las comunidades rurales africanas, encontró en los microcréditos la solución para realizar pequeñas iniciativas generadoras de ingresos, de empleo, de seguridad alimentaria y de oportunidades. Pero ¿qué ocurre cuando las comunidades formadas y organizadas, dan un paso más allá y quieren responsabilizarse ellas mismas de esos pequeños préstamos y de su gestión? Pues que aparece el concepto de Banco Comunitario o de Bancarización (“creación de bancos”). Esto es lo que nos han pedido las comunidades rurales que apoyamos, lo cual es muy interesante y totalmente viable y pertinente.

El Programa de Bancos Comunitarios de Construye Mundo surge como una iniciativa local de los pueblos beneficiarios a los que ayudamos. Construye Mundo realiza el programa de bancos comunitarios con el apoyo de nuestra contraparte, siguiendo la siguiente filosofía: la gestión de este tipo de banca comunitaria capacita y motiva a los participantes a trabajar en equipo, ahorrar y hacer planes de futuro. De esta forma se consigue mejorar la calidad de vida en dichas aldeas, mejorando la situación social y familiar de la mujer, su autoconfianza, la solidaridad entre todos los miembros de la familia, sobre todo a la hora de compartir las cargas económicas, y de toda la comunidad.

¿Cómo funcionan los Bancos Comunitarios?

Construye Mundo define este apoyo como una pequeña inversión económica concedida a un Comité de Gestión Comunitario (CGC) que concede préstamos individuales o colectivos a sus beneficiarios. Los fondos concedidos son administrados por dicho CGC bajo la supervisión del Departamento de Apoyo al Desarrollo de nuestra contraparte. Es el propio CGC quien decide quiénes y cuántos son los beneficiarios, el tipo de actividad que se va a realizar (individual o colectiva), el importe del préstamo y el tipo de interés que se va a aplicar. Siempre ha de haber un interés mínimo del 15 por ciento a invertir: un 10 por ciento para el Fondo de Desarrollo Comunitario del CGC y un 5 por ciento para la jornada de evaluación semestral. El resto del capital se reembolsa al CGC con el fin de conceder nuevos préstamos a más beneficiarios de la comunidad, y así sucesivamente. Se trata de crear un banco dentro de la propia aldea, ya que la mayoría de estas comunidades no pueden acceder a préstamos concedidos por entidades bancarias oficiales.

Para garantizar el buen funcionamiento del programa, se establece un Protocolo de Acuerdo entre los beneficiarios, la contraparte y Construye Mundo donde todas los agentes se comprometen a llevar a cabo correctamente las actividades y condiciones establecidas.

Algunos de los criterios de selección de los pueblos beneficiarios son haber recibido el PRCC de Tostan, tener un Comité de Gestión Comunitaria (CGC) que funcione de forma organizada y sea decisivo en cuanto a la formación de su comunidad y tener una actitud emprendedora para invertir su capital en actividades beneficiosas y productivas con el objetivo de poder devolver el préstamo.

Las actividades que se pueden realizar a través de los Bancos Comunitarios son apicultura, avicultura , arboricultura, ganadería, horticultura, fabricación de jabones, fabricación de aceite de palma, pequeño comercio, tintura de telas y talleres de costura.

 

 

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