La pandemia de la Covid-19 hace mucho más necesaria la Cooperación Internacional
La totalidad de los países del continente africano han visto cómo la pandemia de la Covid-19 ha exacerbado sus debilidades estructurales y, por tanto, ha hecho que la cooperación internacional sea ahora más importante que nunca. Para las ONGs que trabajamos en Senegal, uno de los países con mayor pobreza extrema del mundo (con el 32,2% ocupa el puesto 168 en el mundo), esta situación supone un gran desafío, pero también una motivación extra para seguir luchando por mejorar las condiciones de las personas más necesitadas. En Construye Mundo creemos en la importancia de nuestra labor y en el compromiso creciente de nuestros socios y donantes, más motivados que nunca para impulsar la lucha contra los estragos de esta pandemia y de sus consecuencias económicas.
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El impacto de la Covid-19 no ha sido muy fuerte en Senegal, al menos en términos de salud, ya que hasta la fecha se han registrado poco más de 30.000 casos y las muertes no llegan al millar. Sin embargo, estos datos pueden ser cuestionables, dado el bajo número de tests que se realizan (algo más de 2.000 al día), al tiempo que se registra una alta positividad, por encima del 15%, lo que indicaría que el nivel de contagios en la población debe ser bastante más alto, pues las mayoría de los tests se realizan solo a personas con alguna sintomatología.
Se ha especulado mucho sobre la resistencia de la mayoría de los países africanos a la Covid-19, argumentando la juventud de la población en comparación con la europea, o su exposición a otros muchos coronavirus, lo que les habría hecho inmunes al que produce la Covid. Nada de esto ha sido todavía probado y, aún peor, se está poniendo en cuestión ante el avance de una segunda ola de la pandemia, que en Senegal está produciendo en estos momentos un creciente número de casos e incluso de muertes, entre otras razones por la precariedad del sistema sanitario del país, que al inicio de la pandemia contaba solo con 12 camas UCI y 7 médicos por cada 100.000 habitantes en todo el territorio. Muchas personas podrían estar sufriendo la enfermedad o incluso muriendo sin recibir atención médica.
La llegada de nuevas variantes del virus puede estar detrás del empeoramiento de las estadísticas, lo que difícilmente podrán contrarrestar las vacunas, al menos a corto plazo, ya que Senegal sólo ha recibido hasta la fecha 200.000 dosis de la china Sinopharm, aunque su presidente, Macky Sall, ha prometido 6 millones de dosis más y espera un suministro adicional de casi 2 millones de la rusa Sputnik V. Por el momento, sólo 10 países desarrollados acaparan el 75% por ciento de las vacunas disponibles, según un informe de la ONU.
Este panorama sanitario se ve agravado por la profunda crisis económica que ha desatado la pandemia. Si Senegal creció en 2019 un 5%, para 2020 se esperaba un Producto Interior Bruto negativo del 1%, lo cual solo refleja pálidamente la situación real, ya que la mayor parte de la población vive de la economía informal, que no suele reflejarse en las estadísticas, y que ha sido duramente golpeada en sus negocios por la restricciones de movilidad. Especialmente contestado por la población ha sido el nuevo toque de queda de 9 de la noche a 5 de la mañana impuesto en Enero en las regiones de Dakar y Thies, las más pobladas del país. En Senegal se han hundido sectores como el turístico, que supone el 6,3% del PIB del país, mientras que las exportaciones descendieron un 50,3% en 2020.
Según el último censo publicado recientemente por la Agencia Nacional de Estadística y Demografía de Senegal, su población asciende a 16.705.000 habitantes, lo que supone un crecimiento del 3% respecto al pasado año. Sólo en la capital, Dakar, viven en estos momentos casi 4 millones de personas (3.835.000), lo que supone un reto adicional para el desarrollo del país. Además del rápido crecimiento de su población, otro dato significativo es su juventud, ya que más de 11 millones de personas son menores de 30 años.
Una población tan joven supone un gran porcentaje de niños que todavía no han alcanzado la edad de trabajar, de ahí que la población activa del país no llegue a los 5 millones de personas. Si a esto se le añade un índice de paro cercano al 50%, se entiende perfectamente la desesperación que empuja a los senegaleses a intentar el éxodo a Europa, a pesar de los terribles riesgos de la travesía por mar hacia las islas Canarias o el viaje por tierra a través del desierto del Sáhara y los países del Magreb.
En Construye Mundo seguimos luchando por paliar esta situación en los proyectos en los que trabajamos, ya que se prevé que la pandemia de la Covid-19 incremente en más de 32 millones la cantidad de personas en pobreza extrema en todo el mundo, la mayoría en el África Subsahariana. Según todos los organismos implicados, la Covid-19 retrasará el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre otras razones debido a la falta de solidaridad y de cooperación internacional efectiva. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha declarado que la Covid-19 “nos puede retrasar años, incluso décadas. Esta crisis nos aleja aún más de los ODS”.
(22 de febrero de 2021)