Judith Arroyo, presidenta de Construye Mundo, nos cuenta cómo es esta ONG

«Trabajamos por el desarrollo de las comunidades rurales y el empoderamiento de la mujer en Senegal»

Judit Arroyo es probablemente la que mejor puede definir qué es y a qué se dedica Construye Mundo, la ONG que fundó hace ya más de una década y de la cual sigue siendo su presidenta. “Construye Mundo es una ONG cuyo fin es el desarrollo de las comunidades rurales africanas, apoyándolas en iniciativas rurales y utilizando recursos locales. Trabajamos en desarrollo rural productivo y en el empoderamiento de la mujer”. 

En esta sucinta descripción están contenidos muchos años de intenso trabajo en la cooperación internacional, pues Construye Mundo nació de la mano de otro gran proyecto solidario, según cuenta Judith. “Nuestro origen proviene de la Fundación Vicente Ferrer, en India, de un grupo de voluntarios y cooperantes que, a nuestro regreso de tener una experiencia allí, quisimos trasladar todo lo aprendido a otros lugares del mundo”.

“Construye Mundo nació en el 2008”, explica Judith. “Ya tenemos 13 años, que hemos cumplido ahora, en 2021. Somos una ONG pequeñita, muy familiar, donde todos, de una forma u otra, aportamos un granito de arena. Y eso creo que es una fortaleza, porque es algo muy bueno poder tener esa confianza entre nosotros de poder aportar, poder tener ideas, poner recursos… cada uno tiene su lugar y nos complementamos muy bien”.

Con estos mimbres, los fundadores de Construye Mundo se lanzaron por primera a vez a la aventura senegalesa. “Nos dieron la oportunidad de ir al norte de Senegal, a Podor, donde hay comunidades tribales de las etnias pular y wolof, fundamentalmente, y comenzamos a hacer iniciativas de desarrollo comunitario. Empezamos a hacer pequeños huertos, pequeñas cooperativas de arroz, pequeños comercios… iniciativas muy sencillitas, pero que para ellos generan un gran impacto”.

De aquella primera experiencia en Senegal llegó el compromiso definitivo. “Nos dimos cuenta de todas las necesidades que había en Senegal en todos los ámbitos del desarrollo, en educación, sanidad, en el empoderamiento de la mujer, que es muy necesario, infancia… Al sentir que nuestro lugar estaba allí, decidimos eso, estar en Senegal”.

Contrapartes locales

El estilo de Construye Mundo, debido a sus pequeñas dimensiones y recursos limitados, según explica Judith, es trabajar “con contrapartes locales, con organizaciones de allí, de Senegal, que son las que conocen realmente la realidad de su país y las que tienen la posibilidad de estar en el día a día, acompañando a las comunidades”. 

Podor, donde empezó Construye Mundo sus primeros proyectos, es una región situada al norte del país, en el Sahel. Como cuenta Judith Arroyo, “es una zona muy desértica, que limita con Mauritania. De hecho, su frontera natural es el río Senegal. Allí nos encontramos una zona muy seca, muy aislada, con comunidades rurales muy distanciadas unas de otras y que necesitaban de apoyo a sus iniciativas. Decidimos empezar a apoyar con la agricultura, la ganadería y el pequeño comercio. Y a raíz de ahí seguimos avanzando, año tras año, incidiendo, impactando cada vez más en esas comunidades rurales, de tal manera que a lo largo del tiempo vemos que estas comunidades se están desarrollando y comprobamos que una pequeña ayuda, o lo que nosotros concebimos como pequeña, para ellos es grande”.

Desde aquellos primeros años en el norte de Senegal, el conocimiento progresivo del país y sus gentes fue llevando a Construye Mundo a ampliar su campo de acción. “Empezamos en Podor, pero poco a poco fuimos conociendo otras realidades en Dakar, la capital, y en el sur, en la Casamance. Nos llegó un proyecto muy bonito, en el Hogar María Goretti, donde hay chicas jóvenes, de 17 a 24 años, que quieren estudiar, pero no tienen los recursos en sus comunidades de origen. Acuden a este centro para formarse, para recibir esa capacitación que les sirva para encontrar un trabajo. Es un proyecto muy bonito, en el que las chicas viven de forma comunitaria, reciben formación en contabilidad, idiomas, en restauración, informática, etc. Al cabo de dos años nos damos cuenta de que estas niñas, que se hacen mujeres allí, ya tienen la capacidad y la formación para poder trabajar. En este proyecto llevamos colaborando cinco o seis años y realmente vemos el impacto que produce, vemos que es muy sostenible y muy necesario”.

Mujeres Caminando Juntas

Otro de los proyectos más interesantes se ha desarrollado al sur del país. “Acabamos de terminar un proyecto en la Casamance, “Mujeres caminando juntas”, de creación de pequeños bancos comunitarios, en los que ellas mismas se dan microcréditos, ponen sus normas y a través de la confianza que se genera entre ellas adquieren el compromiso para crear ese banco y compartir esos microcréditos. Una de ellas nos contaba, por ejemplo, cómo compraba ingredientes, hacía unos dulces, los vendía y con ellos ganaba un dinero que le permitía poder invertir en la educación de sus niños, tener sus ahorros y poder devolver ese microcrédito. Son proyectos que tienen mucho impacto entre las beneficiarias y son proyectos que surgen de ellas mismas, que es lo importante”.

La última iniciativa de Construye Mundo tiene como protagonista una aldea en una de las regiones más remotas de Senegal. “Ahora mismo, Construye Mundo está trabajando en Salémata haciendo identificación de iniciativas en un proyecto muy apasionante”, cuenta Judith Arroyo, “porque hemos llegado a esta localidad del interior de Senegal, en la región de Kedougou, y nos hemos encontrado con una comunidad en la que hay que hacer un montón de cosas. Por una parte hay un grupo organizado de mujeres que trabajan juntas y tienen muchas ganas y mucho interés en generar su propio desarrollo. Ellas se reúnen, organizan algunas actividades generadoras de recursos y nos han solicitado ayuda para montar un pequeño negocio de transformación y venta de productos. Y por otro lado también hemos contactado con la escuela rural, en la que hay niños que por no tener recursos suficientes se encuentran en situación precaria. En construye Mundo hemos visto que es muy pertinente poderles ayudar. Es una comunidad en la que creo que vamos a hacer camino”.

Charla en el Colegio Xarblanca, Marbella

Finalmente, hay otra faceta muy interesante de Construye Mundo que Judith define como “educación al desarrollo. Es un pilar para crear conciencia crítica. No solo es importante hacer proyectos en países en desarrollo, sino también poder concienciar y dar a conocer esos proyectos que se hacen fuera aquí, en España. Durante muchos años hemos ido a institutos y a colegios a explicar los proyectos que llevamos a cabo y nos hemos encontrado con que es un sector de la cooperación que crea mucho interés. Los chavales sí que se plantean cómo viven otras personas en otros países y tienen una motivación por ayudar, que es algo muy bonito. De ahí nació la iniciativa de los “viajes solidarios”, para ayudar a personas en España a viajar a Senegal y conocer la realidad del país, haciendo turismo, por una parte, y por la otra, conociendo de primera mano los proyectos que Construye Mundo lleva a cabo, conociendo esas comunidades a las que ayudamos y compartiendo con ellos, por ejemplo, una comida o algunas actividades. Estos viajes están creados para dar un primer paso en lo que es la cooperación al desarrollo, tener un primer contacto con la cooperación en terreno”.

Un antes y un después de la pandemia

Pero en medio de toda esta actividad fue cuando se declaró la pandemia de la Covid-19, a principios de 2020, y el día a día de Construye Mundo, como el de cualquiera, cambió radicalmente. Hubo que suspender los viajes a terreno y dejar en suspenso el contacto directo con Senegal y con sus gentes. Había llegado la hora de reinventarse, porque rendirse ante las dificultades no se contempló nunca. “La pandemia ha cambiado absolutamente todo. Hay claramente un antes y habrá un después”, dice Judith. “Todos los sectores hemos tenido que reinventarnos, pero para Construye Mundo, gracias a su base social y al voluntariado, la Covid-19 ha servido para poder seguir operando en terreno, seguir aportando lo mejor de nosotros y, en nuestro caso, también para consolidarnos”.

Esto fue así porque “en 2020 comenzó el programa de voluntariado, en el que vinieron algunos voluntarios y poco a poco hemos ido acogiendo a más. La pandemia nos ha servido para trabajar de otra forma, para trabajar online, aunque ya lo hacíamos con las contrapartes de Senegal, pero podemos decir que ha sido una oportunidad para reinventarnos y para ser creativos”, asegura Judith Arroyo. “Y claro, todos los recursos los focalizamos en la pandemia, en un programa importante para ayudar a las niñas del hogar María Goretti para que pudieran llevar mejor la situación”.

 De hecho, Construye Mundo sigue creciendo, a pesar de las dificultades y las adversidades de estos años. “Ahora mismo vivimos un momento de expansión. La estrategia basada en el programa de voluntariado y en los ODS de la Agenda 2030 nos está abriendo un camino muy interesante y muy bonito para todos. Construye Mundo está creciendo, es un momento en el que todos tenemos cabida, todos tenemos la oportunidad de aportar ideas, de aportar nuestros conocimientos, o la aportación de las empresas, los socios… Es un momento muy interesante para la ONG”.

Lo más duro ha sido tener que renunciar al contacto directo con las personas de Senegal, al contacto humano. Judith lo explica así. “Antes de la pandemia solíamos viajar una vez al año, aproximadamente, a terreno para hacer viajes de seguimiento y evaluación, para conocer a las personas que apoyamos… porque valoramos muy positivamente ese contacto con las personas, como conocer a la gestora o a la presidenta de un comité de gestión comunitario, o conocer a la directora de la organización local que gestiona el Hogar María Goretti, o saber qué niñas están estudiando allí… Valoramos mucho ese trato de persona a persona, siempre en un plano de igualdad, porque ellos son los protagonistas, si, pero también porque nos damos apoyo mutuo. Construye Mundo apoya a personas en Senegal, pero ellos también nos aportan y tenemos muchísimo que aprender de ellas, de su sencillez, de su vida en común”.

En cualquier caso, Judith es optimista y espera que Construye Mundo pueda regresar pronto a Senegal. “Espero que podamos volver el año que viene, porque en este 2021 desafortunadamente sigue la pandemia y hay que seguir teniendo mucha prudencia y mantener las medidas de seguridad y precaución, pero creo que el año que viene podremos volver a terreno a acompañar a las comunidades y a volver a estar presentes junto a ellos”.

Por el momento, la mayor parte del trabajo se está desarrollando en España, en los distintos puntos donde tiene presencia la ONG. “La delegación principal de Construye Mundo está en Madrid, pero además contamos con delegaciones en Extremadura y, dentro de Andalucía, en Marbella, pero nuestra base social está repartida por toda España e incluso hay algún socio de fuera de España. Eso es algo muy positivo y muy valorado, porque enriquece a la organización y nos sirve para visibilizar la acción de Construye Mundo y seguir expandiéndonos por toda España”. 

Este es justamente otro de los objetivos del trabajo diario de la ONG, potenciarla y crecer para poder llegar a cuantos más lugares, mejor. “Construye Mundo está abierto a todas las personas que quieran colaborar de la forma en la que cada uno se le ocurra, desde tener una idea y poder llevarla a cabo hasta hacer un voluntariado más en contacto con las personas que trabajamos en el día a día, o apoyar un proyecto concreto en Senegal o hacer un evento en tu casa para recaudar fondos. Creo que no hay un perfil determinado para poder ser colaborador o socio o voluntario de Construye Mundo. Somos una ONG familiar en donde caben todos los que quieran llevar adelante su proyecto solidario. Y claro, nos gustaría muchísimo poder contar con más personas que nos apoyaran con su aportación para desarrollar más proyectos en Senegal”.

Finalmente, Judith Arroyo se despide con un mensaje de agradecimiento. “Me gustaría dar las gracias a todas las personas que colaboran en nuestra organización, desde los socios a los voluntarios, pasando por las organizaciones locales que están en terreno trabajando en el día a día, y por todas las comunidades de beneficiarios, porque con su compromiso y su responsabilidad hacen posible el desarrollo de sus vidas y, por supuesto, también a todas las empresas que colaboran con nosotros”.

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