Decidir dar prioridad a la restauración de las pizarras del colegio Saint Jean Baptiste fue la mejor decisión que tomamos en este primer trimestre de 2022, cuando enviamos a Salémata la primera partida de los fondos recaudados por la donación de Fundación Fuerte y, posteriormente, del crowdfunding de Navidad, destinados en su mayor parte a becas de escolarización para todos las familias que no pueden pagar, en todo o en parte, los costes de matrícula (3.000 Francos CFA al mes, unos 4 euros y medio).
Según nos contó la directora del centro, la hermana Thérèse, justo cuando ya se había decidido arreglarlas, recibió la visita de un inspector escolar que, a la vista de su deterioro, le indicó que no se podían seguir dando clases en esas condiciones.
Desde 1999, cuando se inauguró este colegio, prácticamente no se han hecho labores de mantenimiento, por lo cual muchas de sus instalaciones y mobiliario están en muy mal estado, como sucedía con las seis pizarras del colegio, una por cada una de sus aulas.
Allí las pizarras de las escuelas rurales son de mampostería, de ahí que se vayan arreglando a medida que se cae o deteriora la última capa de cemento y pintura, aunque en el caso de nuestra escuela nunca había sucedido. La reparación no ha sido ni muy costosa (para los estándares europeos, claro), ni muy lenta, ya que han aprovechado un par de fines de semana para hacerla, con un coste total de 275 euros al cambio.
Después de las pizarras, los siguientes proyectos pasan por cambiar las ventanas de todas las aulas, que también están en muy mal estado, y en ir renovando poco a poco las mesas y bancos de los niños, que tampoco se pueden reparar, dado su estado deterioro.